Quintana Roo, el motor del turismo de México, no para de crecer. La Dirección de Planeación de Estudios Urbanos Turísticos en la Secretaría de Turismo estima que el estado tendrá 125.000 habitaciones en el 2020, o sea, 37.000 más que hoy. Y así como llegan más turistas y asciende la infraestructura turística, también llegarán nuevos habitantes y más desarrollo urbano residencial. Esto dispara un aumento en la presión sobre los frágiles ecosistemas y los recursos naturales del estado.

Con el apoyo de MARTI y su socio la Asociación Amigos de Sian Ka’an, las autoridades municipales, estatales y federales están integrando estrictos criterios ambientales dentro de los Programas de Ordenamiento Ecológico Local (POEL) de Quintana Roo.

Los POEL están adoptando recomendaciones de la Guía de Planeación, Diseño y Construcción Sustentable en el Caribe Mexicano, desarrollada por MARTI en 2012, y otras herramientas creadas por la iniciativa para el desarrollo del turismo sustentable.  Estos criterios promueven incluir tecnologías más eficientes para el uso de recursos, hacer estudios de vientos, reforzar el cuidado de los manglares, bosques y de acuíferos, dar un mejor tratamiento a las aguas residuales y asegurar que las nuevas edificaciones tomen en cuenta el riesgo de eventos meteorológicos extremos resultado del cambio climático.

“Hay dos áreas clave dentro de los POEL donde MARTI está incidiendo fuertemente”, explicó Gonzalo Merediz, director ejecutivo de ASK. “Primero, ya se están tomando en cuenta los acuíferos subterráneos en la planificación del desarrollo, algo que no se hacía en Quitana Roo. Segundo, se va a asegurar que las construcciones tengan mejores sistemas de tratamiento de aguas residuales, que son clave para detener el daño en el arrecife coralino”.

A través de MARTI, se ha hecho énfasis en la necesidad de cuidar las numerosas lagunas y ríos subterráneos de donde proviene casi toda el agua de Quintana Roo, los cuales son altamente vulnerables a la contaminación humana, debido a que los suelos de la zona son de rocas carbonatadas (suelos cársticos) y permiten una fácil infiltración de contaminantes.  Además, construir sobre algunos de estos acuíferos representa un alto riesgo de colapso de las edificaciones. En cuanto a tratamiento de aguas, MARTI y sus socios impulsan aumentar la conexión de edificaciones a plantas de tratamiento de aguas residuales. También promueven indicadores más estrictos para el tratamiento de aguas, con el fin de asegurar que se baje la cantidad de nitratos y fostatos permitidos en las aguas residuales, los cuales terminan en mar y causan el florecimiento de algas que destruyen el arrecife coralino.

Los ordenamientos ecológicos de los municipios Othón P. Blanco (el más grande del estado), Solidaridad y Benito Juárez (los dos más desarrollados) ya cuentan con criterios ambientales propuestos por MARTI. El POEL de Othón P. Blanco fue excepcionalmente exitoso, ya que se aprobó un plan de desarrollo de baja densidad y ligado al ecoturismo, y se consiguió establecer indicadores ambientales más estrictos a los que exige la actual normativa nacional para el tratamiento de aguas.

“Esto es un gran logro porque los aportes de MARTI y de las organizaciones ambientales que trabajan en la iniciativa se incluyen ahora en instrumentos de ley, de cumplimiento obligatorio. Estamos seguros de que harán una gran diferencia para el desarrollo sustentable de Quintana Roo”, aseguró José Funes, delegado de la Secretaria del Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).